lunes, 2 de junio de 2014

Princesa-Capítulo I


Capítulo I


Abril Simoné, frustrada, cerró su cuaderno de matemática. Ya había estudiado miles de veces para los 

exámenes finales de las distintas materias, y todas las había entendido, excepto una, MATEMÁTICA. 

Llevaba más de dos horas estudiando la teoría y haciendo ejercicios, y aún no entendía nada de nada. Miró 

su teléfono y vio que tenía un mensaje de su mejor amiga, Amy Soler, una andaluza nacida en Sevilla, 

España, que hoy en día estaba estudiando en Barquisimeto, Venezuela.

 
"Brili, ¿entendiste algo de los ejercicios de matemática? Yo no, he estudiado bastante por hoy. Ya me duele l

a cabeza de revisar tantas fórmulas. Por cierto, ¿saldremos hoy?"

 
Abril decidió no contestar de inmediato, ya que le tenía que pedir permiso a sus padres. En tan sólo un mes 

cumpliría los dieciocho años y estudiaría Pintura en la Universidad Nebrija en Madrid. Su sueño hecho 

realidad.

 
Se bajó de la cama y salió de su cuarto. Al caminar por el pasillo se encontró con la imagen de sus padres 

echados en el sofá viendo televisión. Abril, divertida, se puso de puntillas y caminó sigilosamente para 

asustarlos.

 
¡Bo! dijo Brili tocándoles la espalda, empujándolos hacia delante.

 
¡Abril Simoné! le regañó su madre al verla detrás de ella. Casi me matas del susto. Te he dicho mil 
 
 veces que no hagas ese tipo de bromas.

 
Nahomis se tocó el pecho y miró a su hija quien ya no era una niña.

 
Ay, mamá. No seas exagerada. No te apunté ni con una pistola de juguete mirando a su padre dijo:

¿Acaso están viendo películas de miedo?

 
Su madre bufó ya que no le gustaban ese tipo de películas. Miró a su esposo esperando una respuesta, y 
 
éste divertido, contestó:

 
No. Admito que quería ver una, pero tu madre como siempre se puso histérica y dijo que si ponía una, se 

iba a otro lugar hasta que la película acabara. No sé por qué se asustó. Ni siquiera estábamos viendo algo 

concreto.

 
Nahomis puso mala cara, entonces Brili y su padre, Luis Miguel, se rieron a carcajadas. Nahomis los 

fulminó con la mirada y Abril le dio un beso en la mejilla. Su madre era la mejor del mundo y además, sin 

ánimo de ofender, era una mujer muy loca y llena de vida.

 
¿Hiciste tu tarea? le preguntó su madre acariciado su cabello.

 
Sí, mamá. Sabes que siempre la hago. No sé por qué todos los días preguntas lo mismo. Ya estoy 

graduada de bachiller, sólo estoy haciendo una escuela de verano que termina en un mes para poder 

estudiar  en España. Además, he de pasar los exámenes para irme pronto a la universidad . Ya sabes que he 

recibido la beca oficial, y Amy está ilusionada. Ya compró pasajes para ir de visita a Andalucía.

 
Luis Miguel le sonrió. Estaba muy orgulloso de su hija y el que se fuera vivir a España y a estudiar allá, era 

toda una oportunidad. Y sabía perfectamente que no iba a ir sola. La familia de Amy vivía en Madrid-sus 

padres-,y además, ellos tenían amigos en esa ciudad.
 

Ni me lo recuerdes, Simoné. Me cuesta muchísimo dejarte ir. Eres mi única hija y siempre serás mi 

bebita__ le reprochó su madre.


Simoné puso mala cara y se fue a la cocina furiosa. Le molestaba que su madre dijera eso. Le molestaba 

muchísimo. Aunque tuviera la oportunidad de estudiar en Barquisimeto, sabía que no tendría las mismas 

oportunidades. Sacó su teléfono del bolsillo y tecleó furiosa:


Abril: No sé si me dejarán ir, pero quiero salir de aquí. Mamá empezó de nuevo a reprocharme lo de la 

beca. La amo, pero a veces exagera por todo.


Amy. Ya se le pasará. Mi mamá también estuvo así un tiempo cuando vine a vivr a Venezuela. ¿Si te dejan 

salir, iremos al centro comercial?


Abril: Lo sé. Solo quiero que esté feliz por mí. Y sí, iremos al centro comercial si me dejan salir de aquí. 

Necesito comprar algunas cosas para nuestro apartamento de Madrid, y podríamos ver una película.


Amy: Esta bien, pero pide permiso, ¿vale?


Abril: Vale. ¿Sabes? Ya se me esta pegando el habla tuya y de tu gente.


Amy: Normal. Nos conocemos desde hace mucho. Te aseguro que cuando llegues a Madrid o a Sevilla en 

menos de un mes, estarás hablando como nosotros.


Abril: No lo dudo. Hablaré con mamá. Segurito que papá me da permiso.


Amy: Luis Miguel es el mejor papá del mundo mundial. Y tu madre no se queda atrás. Ándale, pide permiso 

y me avisas.


Abril Simoné tomó un trago de su vaso de chocolate hasta terminárselo todo. Tomó aire y caminó de nuevo 

a la sala. Mirando a su madre dijo:


Lo siento. Fui grosera, pero sabes que no me gusta que digas eso.


No tienes porque disculparte, cielo. Lamento lo que dije.


Madre e hija se abrazaron y Luis Miguel contempló la escena sonriente. Amaba con locura a sus dos 

mujeres, y verlas así  lo hacía más feliz. De repente, interrumpiendo el momento, le preguntó a su hija.


Brili, ¿saldrás con Amy hoy?


De eso quería hablarles dijo Abril separándose de su madre. Necesito comprar algunas cosas para 

mi casa en Madrid y Amy quiere ir al cine. ¿Me dejarían salir con ella?


Por supuesto contestó Nahomis sonriente. Sólo no llegues tarde. Aunque, no tengo porque 


decírtelo. Conoces muy bien el toque de queda.


Abril le sonrió a su mamá y miró a su padre buscando una respuesta. La mayoría de las veces era su madre 

la que tardaba en responderle. Nahomis miró a su marido forzándolo a decirle algo. Luis sonrió de forma 

abierta cuando decía:


¿Tengo que decir algo más?


No te entiendo.


Ya te di mi permiso, Abril ella lo miró desconcertada y él explicó. Cuando te pregunté si ibas a salir 

con Amy. Anda, avísale y arréglate.


Gracias, los amo.


Y nosotros a ti, cariño.


Abril les dio un beso en la mejilla a sus padres y se fue corriendo a su cuarto. Una vez allí, cerró la puerta y 

marcó el número de Amy para llamarla.


Hola, miarma dijo Amy al contestar.


Na'guara, Amy. Que te entiendo y no te entiendo, chica. Háblame en cristiano.


Graciosa. Llevo años diciéndote así. Seguro que me llamas para decirme que sí te dejaron salir.


Me conoces tan bien. ¿Vendrás a buscarme en el auto de tu tía o tendré que irme en taxi? Piensa rápido. 

Ya conoces la hora del toque de queda.


Mi tía me lo prestó, así que iré a buscarte. estaré allí en veinte minutos .


Okey. Me iré a bañar. Adiós, andaluza.


Adiós, guarita.


Abril rió al colgar, Ellas y sus apodos. Hacía cinco años atrás, ella le había dicho a Amy mientras hablaban 

por teléfono "andaluza" y después Amy le sorprendió llamándola "guarita". Sin más buscó la toalla y se 

metió a la ducha. Minutos después salió. Se puso la ropa interior y un vestido color rosa con unas zapatillas 

color plateado. Se arregló el cabello y se maquilló un poco. Justo en veinte minutos estuvo lista cuando oyó 

la bocina del auto de la tía de Amy. Tomó su bolso y corrió a despedirse de sus padres.


Estás hermosa, hija. Cuídense. Avísame cuando lleguen.


Adiós, que se diviertan.


Gracias, nos vemos en un par de horas.


Abril salió de su casa y se montó en el auto de Amy.


Hola, guarita. Te vez bien.


Hola, andaluza. Tú tampoco te vez nada mal dijo Brili mirándola. Su amiga llevaba una falda, una 

camisa y zapatillas también.


En cuestión de minutos estuvieron en el Centro Comercial Metrópolis. Se adentraron en algunas tiendas y 

compraron manteles, cubiertos, vasos y cosas para la cocina. Dirigiéndose al cine, las dos chicas caminaban 

con tranquilidad cuando un hombre tropezó a Brili, y las bolsas rodaron por el suelo.


Abril miró furiosa al hombre que la había tropezado, quien hablaba molesto por teléfono. El hombre la miró 

y sus miradas se encontraron. Era lindo, con piel clara, ojos color almendras, cabellos marrones y vestido de

ejecutivo. El hombre la miró y desvió su mirada a otro lado, y siguió hablando. Amy y Abril recogieron las 

bolsas y se levantaron del suelo.


Qué hombre tan sexy murmuró Amy mirando a la dirección donde él estaba.

Abril Simoné furiosa replicó:


Bicho asqueroso e indecente. Seguro que su mamá no le enseñó modales. Fue de lo más grosero con 

nosotras Amy la miró desconcertada. Ven, se nos hace tarde y tenemos que ver la peli.


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